Día de las Madres, homenaje a nuestras hacedoras de luz

Emociones profundas, risas, alegría y nostalgia, son algunos sentimientos que prevalecen cada primer domingo de mayo en los hogares cubanos. Y es que en esa fecha, al igual que en muchos otros países,  los cubanos celebramos el Día de las Madres, un festejo que se aprovecha para reverenciar a nuestras progenitoras, a las que están y a las ausentes.

Diversas son las teorías de la génesis de esta celebración, pero el origen de esta fecha, tal y como hoy la conocemos, se remonta a 1905 cuando la maestra de Filadelfia, Anna Jarvis, a raíz de la pérdida de su propia progenitora, comprendió cuán importante es demostrar el afecto a las madres mientras las tenemos con nosotros.

En Cuba se celebró el Día de las Madres por primera vez  en la localidad tunera de Puerto Padre, un hecho promovido por el doctor Eduardo Queral Mayo. A principios de 1919, Queral presentó una moción para declarar el segundo domingo de mayo como el Día de las Madres y el VEINTIDOS de abril de ese propio año se le dio carácter oficial. Pasados seis años de la primera celebración se extendió a todo el país la hermosa costumbre de celebrar cada primer domingo de mayo el Día de las Madres.

Ser madre es una tarea que requiere mucho amor, sacrificio y constancia, aquí NO caben el cansancio ni la falta de paciencia.  Las madres son el comienzo de la vida, la protección, la alegría y la esperanza.

El amor de una madre por su hijo es como ninguna otra cosa en el mundo, no conoce la ley, no tiene lástima, desafía todas las cosas y aplasta sin piedad todo lo que se interpone en su camino, porque el amor de la madre es paz.

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