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Para Mariela Arteaga González, ser la Delegada de la circunscripción 16 del Consejo Popular 1 en esta ciudad,  le  ha permitido tener un amplio conocimiento de su población, lo que ha sido fundamental en estos  tiempos, cuando la COVID-19 nos azota. Desde que supo de la entrada de la pandemia al país, Mariela tuvo que pensar como asumir este reto sin dejar de atender a sus ancianos padres y organizar las labores del hogar, pues el resto de su familia también dio su paso al frente.

“En 17 años que llevo como Delegada, siempre he contado con el apoyo de mi familia y ante esta situación excepcional, todos en casa nos sumamos al combate contra la COVID. Mi esposo es el Presidente de la Zona de Defensa número 1, mi hija mayor, que tiene 23 años y es Maestra Primaria, asume tareas como Brigadista Sanitaria en la circunscripción, mientras que el niño, con apenas 13 años, es el encargado de la atención de mis padres, uno de ellos con demencia senil y encamado”, nos confiesa Mariela.

La Delegada quiso compartir  una historia muy peculiar, pues una vez estuvo en la candidatura junto  a su hija, que solo contaba con 21 años en ese momento. “Cuando no es mi  niña es mi  esposo el que aparece en la boleta junto a mí”, precisó,  “y durante los últimos 17 años el Delegado de ésta circunscripción reside en esta casa”. 

“En tiempo de coronavirus tuve que cambiar la rutina de trabajo”, continuó,  “recorro toda mi circunscripción en una semana, cosa que  antes me tomaba más tiempo hacerlo.  Tengo que decir que la Covid-19 me ha obligado, en corto tiempo, a visitar todas las casas de mi demarcación, lo que hago con mucha satisfacción, pues diariamente recibo muchas muestras de cariño de mis electores”.

“Cuando esto pase me sentiré mucho más preparada, más identificada con mi población; esta misión me provoca mucho orgullo y  tengo el compromiso con mi pueblo de no fallarle jamás, de estar siempre a su lado” concluyó Mariela.

Al igual que Mariela Arteaga González, son muchos los Delegados que cada día desandan las calles de su circunscripción,  velando por el bienestar de cada uno de sus electores y con la única recompensa del reconocimiento de su pueblo.

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